El mar
El simbolismo del mar en Juan RamónEl Nuevo Mar
Para olvidarme de por qué he venido,
de para qué he nacido, hemos nacido,
vengo a mirarte mar, loco perpetuo.
Tu movimiento, tu inquietud me calman.
Tú eres el único que sabe
ser sólo él, ser sólo tú,
el único y el solo que no deja
responder a sus olas, sus palabras,
a la pregunta de la luz altiva.
En los días serenos, cuando el aire
con su cielo sobre él, arriba cree
que te domina y que lo sabes,
tú eres ajeno a él, estás dormido,
estás soñando
la libertad que formas en el mundo
con la revolución sorda por dentro.
Soledad. Juan Ramón Jiménez:
En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar sólo!
El mañana efímero. Antonio Machado:
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
(XXIX)
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
(XLIV)
Mar distante. Pedro Salinas:
Si no es el mar, sí es su imagen,
su estampa, vuelta, en el cielo.
Si no es el mar, sí es su voz
delgada,
a través del ancho mundo,
en altavoz, por los aires.
Si no es el mar, sí es su nombre
es un idioma sin labios,
sin pueblo,
sin más palabra que ésta:
mar.
Si no es el mar, sí es su idea
de fuego, insondable, limpia;
y yo,
ardiendo, ahogándome en ella.